La idea fundamental que nos diferenciaba era intentar abordar las diferentes dificultades del desarrollo que podía presentar un niño dentro del mismo centro a cargo de profesionales de diferentes especialidades y un paso más allá, tener contacto con todos los profesionales posibles que fuesen un referente y una solución para todas aquellas otras dificultades que no perteneciesen a nuestro campo de aplicación. Para esto era fundamental realizar una valoración inicial del desarrollo en la que determinásemos las dificultades así como el procedimiento a seguir dentro y/o fuera de nuestro centro. Recuerdo lo tan novedoso que resultaba que los padres de los niños no lo entendían: “pero si mi hijo no habla, porqué no lo trata directamente el logopeda, para que una valoración de su desarrollo psicomotor, cognitivo, de la escucha….?????”. He  de decir que a la inmensa mayoría les parecía, aunque chocante al principio, una idea estupenda una vez se lo explicábamos con mucha calma….y para otros no era su opción.